En un día típico recordamos que nuestros gatos y perros también hacen ejercicio, y decidimos salir con nuestros perros a un lugar abierto, con la pretensión de jugar con nuestro frisbiee o una pelota y todo transcurre con normalidad hasta que una tórtola o una ardilla aparece en escena. Siguiendo sus instintos termina el juego y comienza las cacerías: la de nuestro perro persiguiendo su presa y la nuestra tratando de coger a nuestro amigo para evitar que vaya lejos.
Aunque no son todos los casos, ésta persecución dependerá de la edad, raza e incluso temperamento de nuestr@ amigo@. Conocerlos es necesario para programar nuestras actividades y sitios ideales para su ejercicio. Cada raza tiene sus condiciones dependiendo de su estructura física, delgados de amplia capacidad pulmonar son ideales para correr, pequeños y ágiles son muy buenos saltando, pequeños y de hocicos chatos deben tener precauciones pues su respiración puede verse limitada por su estrechez en los orificios nasales.
El ejercicio no se limita solo a los perros. Los gatos por su parte deben ejercitarse por un tiempo de una hora diaria en diferentes momentos del día.
Al considerar el ejercicio en nuestros perros y gatos, estamos apoyando a la tenencia adecuada de nuestras mascotas, además de generar un mejor vínculo promueve muchos beneficios a nivel de salud física y mental.
Como saber el ejercicio adecuado?
En todo caso, es necesario acudir a la consulta veterinaria para realizar un diagnostico sobre el adecuado ejercicio de nuestro amig@; hay enfermedades y condiciones que a nuestros ojos pasan ocultas, hipertension, condiciones especiales en articulaciones, bajo o alto peso, o simplemente conocimiento de las limitaciones de la raza que nos acompaña.
Cuando ya los consideramos «senior», nuestros amig@s pueden presentar condiciones especiales propias de la edad, así que el ejercicio debe ser limitado o controlado. No lo obligue si no desea caminar, así mismo si se sienta en medio de su paseo, espere a que tome el ritmo nuevamente. Es cuestión de observar sus comportamientos con la edad.